domingo, 22 de diciembre de 2013

Helenística

La filosofía helenística se desarrolla desde la muerte de Alejandro hasta el 146 a.C. aprox. Época en la que la polis decae acarreando una terrible inseguridad en el hombre. El hombre, privado su marco político natural, descubre su soledad, y se elaboran filosofías radicalmente individualistas cuyo objetivo será la búsqueda de la felicidad individual. Aparece la idea de humanidad que se extenderá al cristianismo.

Estoicos y Epicúreos tienen una génesis muy parecida, aunque son antagónicos. No elaboran una filosofía para crear una ciudad justa porque no creen en ella. La filosofía ha de ser un sustitutivo de la fe perdida, una búsqueda de la felicidad. Así, el ideal de sabio es apolítico, y sólo al margen de la ciudad se obtiene la felicidad.
Tienen un total pesimismo respecto a la posibilidad de lograr una sociedad justa, buscan la felicidad individual y se desentienden de la colectiva, es una filosofía personalista.

Aparte de la Academia y el Liceo, tienen importancia los cínicos, que no elaboran una filosofía propiamente dicha. Son desarraigados, radicalmente críticos. Su doctrina es el regreso a la naturaleza, radical libertad y autosuficiencia del hombre; el universo es su patria y no se admite ningún tipo de dios. El cínico más importante fue Diógenes.
El Epicureísmo se mantuvo inalterable a lo largo de los siglos. Sus discípulos lo admiraban y repetían sus palabras con veneración. Es una filosofía que no cuajó ni se modifico. Los epicúreos no fueron populares ni ampliamente seguidos; creían en el altruismo, en el amor al prójimo, ec.
El Estoicismo si varió porque elaboraron una ideología en relación con las clases políticas dominantes en cada momento. Se habla de tres etapas:
  • Estoicismo post-alejandrino: época de anarquía, apatía.
  • Estoicismo helenístico-romano: momento de surgimiento de una potencia de refresco que lleva a los estoicos a colaborar con los intereses del Imperio romano.
  • Estoicismo nuevo: se corresponde con los últimos años del Imperio, y se caracteriza por una actitud de resignación.
Estos cambios reflejan diferentes ideologías. Creían en una moral personal, de resignación, y fue apagándose con el cristianismo.

Epicureismo
Epicuro es la figura más representativa y vivió entre los ss. II y III a.C. No fue un profesor de filosofía en sentido estricto, sino fundador de una comunidad. Vivía en El Jardín, una especie de retiro para la vida intelectual, con un grupo de amigos, y el día 20 de cada mes celebraban el nacimiento de Epicuro. Admitían mujeres y esclavos, y sus discípulos asumían su doctrina sin modificación. Los seguidores que no vivían en Atenas se comunicaban estrechamente con él.

Para Epicuro, lo importante es que el hombre se convenza de que su felicidad depende sólo de él. Gracias a los dones que la naturaleza le ha dado tiene los suficiente para ser feliz. Subordina la filosofía a la moral y a la ética; la filosofía no es más que el arte de la vida feliz.
Toda actividad humana se centra en el placer, que es un bien innato a todos los hombres, que lo persiguen y huyen del dolor. Si todo placer es un bien por sí mismo, no podemos elegirlos todos, y a veces aceptamos dolores porque saldrán placeres mayores. Para actuar hay que sopesar placer/dolor.

Los placeres pueden ser de dos tipos:
  • estático (ausencia de dolor)
  • cinético (modifica el placer sin aumentarlo)

Los deseos pueden ser de tres tipos:
  • naturales y necesarios: proporcionan placer estático y causan dolor si no son satisfechos. Son fáciles de saciar (sed, hambre, frío) y son placeres básicos.
  • naturales y no necesarios: modifican el placer y podemos prescindir de ellos. Surgen como variación del placer (placer sexual).
  • no naturales y no necesarios: tienen que ver con la vanidad, se consiguen por medios políticos, y hay que huir de ciertos deseos (alcanzar el honor, gloria, poder).

La prudencia es lo que nos permite saber qué acciones debemos hacer y cuáles no. En todas las necesidades de la vida hay que utilizar la prudencia media. El sabio es sobrio, austero, que vive dentro de una autarquía cuando el hombre alcanza el estado de máximo placer (ataraxia) que se consigue con la autosuficiencia, y sólo con ella podemos ser auténticamente libres. Es el ideal de sabio que no se retraerá de las exigencias de la vida cotidiana, no porque crea que son justas, sino porque de otro modo no podría pasar desapercibido, que es la premisa epicúrea.

Hay que huir de la política (aquí choca con Platón y Aristóteles) que aprisiona al hombre, lo niega e impide que alcance la ataraxia. Pero defienden el acatamiento de las leyes porque el no hacerlo nos acarrearía dolor. El hombre debe ocuparse de sí mismo sin una actividad, gremio propiamente.
Defiende la amistad, necesaria para la felicidad porque hace que el hombre no se sienta aislado y tiene su origen en el egoísmo, en el interés; pero el hombre no puede vivir sin pensar en su propio provecho, aunque aveces puede ocurrir que se olvide de su provecho y es cuando se halla la auténtica amistad.

El hombre no puede ser feliz si tiene miedo a los dioses, al dolor y a la muerte, por lo que la filosofía remedia estos miedos.
Para Epicuro, el universo está hecho de átomos y vacío, y también los dioses son átomos muy sutiles, con lo que se les resta atributos y no intervienen en el mundo, sino que sólo están para su goce y su propia felicidad, por lo que no hay porqué temerles.
Hablar de la muerte sólo tiene sentido para aquellos que creen que hay algo más allá, para nosotros no tiene sentido temerla ni hablar de ella porque no es más que la ausencia de sensaciones. Si la vida de un hombre está llena de dolor, puede optar por el suicidio; pero si esto no es así , lo normal es que opte por la vida.
Es una ética individualista con carácter utilitarista. La doctrina niega el concepto de estado, patria, matrimonio y familia; lo normal es el apartamiento para la felicidad. El esplendor de su filosofía se produce en el s.I a.C.

Los Estoicos
No son un grupo muy coherente. Todo aquel que se considera estoico habla de la filosofía de los antiguos estoicos como la concebía, y él está más cerca que nadie de la verdad de modo que todos se presentan como auténticos estoicos.

El estoicismo arranca de los cínicos; incorporan la tesis cínica de acomodar el comportamiento del hombre a sus necesidades más primarias. Las raíces filosóficas históricas son los cínicos, Sócrates, Heráclito y determinados pensamientos de Aristóteles.

Los estoicos se enfrentan a los epicúreos; el placer no es el motor de toda la actividad humana, sino que todas las acciones tienden a un fin intrínseco a ellas que es el mismo para todas: vivir conforme a la naturaleza. El hombre es una parte del todo universal y cumple sus leyes inexorablemente.

Recurren al panteísmo para explicar los fenómenos; la humanidad es la divinidad, es el fuego etéreo y los elementos de los que se compone el universo están más o menos alejados de la divinidad.
El alma: el hombre no puede desprenderse de esa fuerza universal, queda siempre ligado a ella, y el destino del hombre no escapa a la ley divina, con lo que contemplada así la naturaleza, el destino es algo inexorable. Resistirse al destino es obedecerlo, hay que aceptarlo y asumirlo.


Su ideal es la apatía, la sumisión. Un sabio no reacciona emocionalmente ni al éxito ni al fracaso. Para alcanzar la apatía, la serenidad, el sabio rechaza la pasión (impulso excesivo); pero esto no significa la ausencia de sentimientos, sino la cautela ante las emociones.

La humanidad se divide en tres grupos: los sabios (epicúreos), libres de pasiones que se bastan a sí mismos y consiguen la libertad interna, la única que existe. Por otro lado están los ignorantes, que son esclavos de sus pasiones, de las cosas externas. Todo ignorante está preso de una especie de locura, no se conoce a sí mismo, está perdido e ignora su situación moral.
El abismo que media entre sabiduría e ignorancia es el de los adelantados, pero más bien se encuadran dentro del grupo de los ignorantes.

El sabio vive de acuerdo con su naturaleza (racional) y entiende el destino del universo no siendo nada superfluo, sino necesario (también el dolor). Como ejemplo ponen a Sócrates y Marco Aurelio.
El suicidio está justificado en determinados casos.

Desde el origen estoico corren paralelamente dos corrientes: la ética cínica.
Crítica al individualismo, que lleva al hombre a la autarquía, el destino está en sus propias manos (la física de Heráclito borraba en última instancia al individuo porque todo está sometido al fuego universal). Si uno no defiende la libertad individual, tampoco se puede considerar al hombre como un sujeto moral responsable de sus actos. Es la única garantía de salvar el orden social, hacer coincidir libertad y necesidad como San Agustín, en una libertad interior.
Esto consiste en el entendimiento racional del mundo: hay que aceptar lo que nos depare el destino, y sólo importa la libertad interna, no la externa; lo que importa del hombre es su interioridad, y una acción es considerada buena dependiendo de lo que se trate, no de los resultados.

Con respecto a la política son ambiguos, a ellos se debe el concepto de humanidad, y creyeron en la vida pública.
Todos los hombres cuentan con una semilla de razón, por lo que todos los hombres son iguales. No hay fronteras, sólo existe la humanidad y, más concretamente, la comunidad.
En la práctica no siempre fueron coherentes con su doctrina. Por ejemplo, consideraban el esclavismo como algo convencional, creían que la esclavitud no importaba, que lo que importaba era el estado interno.

En la stoa-media la doctrina estoica se hace más llevadera, y en vez de defender la apateia defienden la vida pública (como ideal de sabio); por ejemplo, Panecio y Posidonio colaboraron con la política del Imperio.
Es imposible defender un único ideal de sabiduría. El ideal estoico será armonizar estas cuatro sentencias que se establecen:
  • Tendencia a la sabiduría (Sabiduría)
  • Tendencia a la autopreservación (Justicia)
  • Conocimiento del mundo, independencia antes que amistad (Fortaleza)
  • Orden y conveniencia (Templanza)

Estas son las cuatro virtudes cardinales. Ahora el ideal estará en la armonía entre ellas, lo que impulsa a actuar en política, donde el modelo de estado será el imperio romano.

El hombre tiende a vivir en sociedad, la humanidad se divide en sabios e ignorantes. Los ignorantes deben ser conducidos por los sabios (imperio romano), y el vulgo tendrá que obedecer al gobernante, que es como su padre.

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